martes, 23 de diciembre de 2014
miércoles, 17 de diciembre de 2014
miércoles, 10 de diciembre de 2014
EDITORIAL
La Mala Prensa
Casi
por finalizar el 2014 reflexionaremos sobre algunos aspectos de nuestra
colectividad que necesitan ser mejorados. Si recortamos y mostramos el accionar
de asociaciones, dirigentes y profesionales podemos entender cómo vamos. El tema que abordaremos ahora
será una autoanálisis a nuestro gremio, la prensa peruana en Buenos Aires y la
forma de comunicar.
La responsabilidad y función
de los comunicadores sociales es de informar y contar historias de lo que pasa.
Las técnicas de hacerlo y las formas de investigar, de conseguir datos y la
experiencia de trabajo muchas veces avaladas por la trayectoria de un
profesional constituyen un camino para crear un medio de prensa. Tal vez sea
nuestro caso y el de algunos colegas. Pero en la colectividad convivimos con
otras formas.
La Argentina es generosa y
permite que cualquiera que tenga interés y recursos pueda acceder a un espacio
de comunicación alternativo. Y si el emprendedor además es avalado por empresas
o reúne un público que lo respalda adquiere entidad. Así, con algo de
improvisación aparecen además entre otros, entusiastas comerciantes devenidos a
periodistas, músicos u artistas devenidos a conductores o profesionales de los
medios, convalidando discursos que en largo plazo se toman como ciertos sin
comprobar la veracidad de lo que se dice. Si a esto le agregamos la opinión
personal a veces malintencionada, con intereses, con obsecuencia o con
ignorancia, el público corre mucho riesgo de desinformarse.
Ejemplos hay muchos; en las
radios zonales, en los diarios, en internet y redes sociales. El que quiera oír
que oiga. Entran en pugna el derecho a la privacidad y al honor versus el de la
libertad de expresión. El abuso de este último lleva a confusiones. Producen ruido en la audiencia y lejos de
ofrecer información, van detrás de los escándalos y de otros intereses. La
prensa improvisada que se basa en
voluntarismo, en sólo lo empírico, sin reglas, sin técnica, ni contenidos. Opina
de acuerdo al momento.
Lamentablemente
es una herencia de cierta prensa amarilla peruana o chicha que nos recuerda los
años noventa de Fujimori. Se debate de temas y pleitos internos que nos alejan
de otras urgencias. Cada vez es más difícil
encontrar espacios alternativos de encuentro y sana comunicación donde se
respete al otro, que reúna a los compatriotas, que acerque información veraz,
que informe de la actualidad local y nos involucre con la realidad de nuestra
patria adoptiva.
Así en las últimas
semanas, particularmente en las redes sociales donde todavía no hay
regulaciones, aparecen pseudo periodistas que enlodan a sus enemigos, calumnian
a quienes tenían la osadía de enfrentarles, amenazan a los que lo incomodan. La
falsa investigación moldeada por intereses creados que con animosidad y
alevosía lleva la bandera de la denuncia sin fundamentos, con impunidad, sin
escrúpulos. La critica por la crítica misma sin propuestas y basados en el
sensacionalismo. Los discursos deben de además de denunciar, proponer espacios
de debate con opinión de especialistas que ayuden a entender y resolver
diversas problemáticas.
Los comunicadores tenemos un gran desafío y un compromiso con
el aquí y ahora. La radio, grafica y tv necesitan de oxigeno y profesionales
serios. La colectividad peruana merece y necesita profesionales en los medios.
El
comunicador es una pieza importante y uno de los ejes de integración de nuestra
colectividad. Es una imagen y una ventana de cómo nos miran de afuera.
Empecemos a limpiar y mejorar. Hay mucho por aprender y si la familia
está dividida, el sentido de patria lo estará. Nuestra línea de trabajo seguirá
con la propuesta permanente de ser un espacio de dialogo, sano debate y siempre
con propuestas concretas y claras.
Gustavo Huayre
Director
gustavohuayre@choloconche.com
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